4 de mayo de 2009

Tranquilidad

Segundo original escrito para Retos Ilustrados.
Carta: Tristeza
Reto: Tranquilidad
Imagen:
_______________________________________________________________________________________

Te veo dormir junto a mí. Te remueves en la cama porque acabo de coger una pluma pluma y he empezado a pasártela por debajo de la nariz, provocándote cosquillas. Río en silencio por tu reacción.

Fuera de la casa se oye el silbido de los grillos. Dulce melodía que llega a mis oídos acompañada por el susurro del riachuelo que hay a pocos kilómetros de aquí.

La luna llena se alza imponente y hermosa sobre el cielo. La potente luz que ha recogido del sol, ahora, de noche, la hace resplandecer tan sutilmente que parece que sea su propia luz. Sus tenues rayos juguetean con todo lo que se encuentran a su paso, pintando sobre el suelo, negras sombras.

La leve brisa danza junto los árboles, tomándo sus ramas con un simple movimiento acompañado por una infinita delicadeza. Sus pasos van al son de la dulce melodía de los grillos y el riachuelo.

Me estiro sobre la cama, tratando de hacer el menor ruido posible para evitar despertarte, y bostezo. Te vuelvo a mirar y esta vez, estás despierto. Me sonríes mientras te incorporas, apoyado sobre tu codo y me tiendes la mano, invitándome a la seguridad y tranquilidad de tus brazos. Acepto la invitación de buen gusto. Me acomodo entre tus brazos y tú me meces. Mis ojos se cierran poco a poco y me abandono al mar de la tranquilidad...

3 de mayo de 2009

Vacío

Primer original escrito para Retos Ilustrados.
Carta: Tristeza
Reto: Vacío
Imagen:

_______________________________________________________________________________________

Mira a su alrededor de nuevo. Su habitación está exquisitamente decorada. Lámparas al más puro estilo “alta-clase”, tapizados hermosos y costosos, alfombras de los materiales más preciados y suaves del mundo, pequeñas motas de oro en las paredes, en perfecta armonía con los muebles de roble, y esos sillones de piel, teñidos de su color favorito, el rojo.

Su casa de muñecas está al lado de su gigantesco armario, repleto de ropa “refinada”. Las muñecas de la marca Barbie, la mayoría piezas de coleccionista de las que todo el mundo se sentiría satisfecho, están expuestas una al lado de la otra. Sus respectivas prendas de ropa están colgadas sobre un armario idéntico al suyo.

Su cama va vestida con las sábanas más suaves que se pueden encontrar y recubierta por una colcha de diseño exclusivo. Lleva consigo toda clase de cojines, desde pequeños hasta grandes, pasando por divertidas formas de animales.

Tantas riquezas son posibles gracias a sus padres o, al menos, eso es lo que vende la familia. Sus padres nunca están en casa, ella siempre vive sola. O no vive. A veces deja que su cuerpo “muera” en un silencioso día en la cama.

Se sienta en el suelo. Su vestido de seda se arruga pero, al parecer, no le importa. Puede tener todo lo que quiera simplemente mencionándolo pero le asaltan las dudas, ¿de qué le sirve todo esto? ¿Para qué quiere ella tantas cosas?

Llega a una respuesta. Para nada, para eso le sirve. Todo lo que posee le es insignificante.

Dicen que el pelo brilla si es feliz, pues el suyo resplandece pero no exactamente de alegría ya que, al igual que ella, está muerto y esos destellos son gracias a los productos que le aplican. Sus mejillas están coloreadas con una base de maquillaje para ocultar la palidez de su cara y sus ojos azulados no detonan emoción alguna, tan solo son dos orbes despojadas de la chispa de la vida.

Ella no siente. Ella está... vacía.